1CxD.02
Durante
toda mi vida, trabajé por encargo. No significa que fueran malos trabajos o
hechos a desgano. Simplemente, el encargo era el disparador. El neoliberalismo
de Menem destruyó (también) la “industria” de la historieta. En 2002 estuve
desocupado. En 2006 me pregunté por qué no escribía nada, solamente porque
nadie me encargaba nada. Surgió el proyecto 1CxD, Un Cuento Por Día. Llegué a
60 cuentos, y luego volví al trabajo en relación de dependencia, y lo terminé.
Estoy casi en la misma situación. Y voy por 1CxD.02. Sólo que esta vez
publicaré mi trabajo diario en mi blog. Ahí vamos.
1CxD.02 –
001
SOLEDAD
La soledad
es un manto de niebla. Tan espesa, a veces, que parece que lo aplasta a uno. Otras
veces es suave, leve, y aún se disgrega en pequeños algodones que se enredan en
los rincones. Como manejando en la niebla, uno tiene que mirar siempre al
frente, a la luz que tiene delante, la pantalla de la computadora.
Me fui de
mi casa hace treinta años. No me fui lejos. Hice un estudio a diez metros, al
fondo. Por entonces trabajaba día y noche, escribiendo ficciones. Y el ruido de
la casa, los chicos, pero por sobre todo el televisor, eran intrusos
indeseados. Así que me aislé. Yo creé la niebla, en parte. O eso creo. O eso me
invento para no llorar por los rincones.
Pero la soledad me viene de antes. Pasa que a
los diez años me vine a Máximo Paz. Entonces eran 6 x 6 manzanas, con pocas
casas cada una. Cambió tanto mi vida que me cuesta reflexionarme de antes de
entrar en la luz, el aire, el sol y la luna inmensos, y los animales cercanos.
Eso fue
entonces: Máximo Paz es ahora un suburbio de tango.
El problema
con Máximo Paz era que yo leía. Inventaba formas de leer, siestas furtivas, préstamos,
compras, robos de libros. Y casi nadie más, en la aldea, leía.
Eso
significaba, claro, la soledad.
La fui
modelando desde entonces, a fuerza de disimular, de fingir que me interesaba el
fútbol. O que no entendía de ciencia, o que no veía las frases mal escritas o
las faltas de ortografía. Porque aprendí pronto que peor, mucho peor que la
soledad, era el rechazo. Y si uno contradecía al otro, que casi siempre tenía
convicciones convertidas en actos de fe, empezaba a ser despreciado, radiado.
Marginado. Ah, así es. La soledad.
Porque la
soledad
Peca de
soberbia,
Abusa de
omnipotencia,
Asombra,
apabulla, impacta.
Pobre tipa.
Sola de toda soledad.
Tan cruel,
tan fría,
Tan desamparada…
Que se
puede caer en la tentación
Irreversible,
mierda,
De querer
consolarla…
Ja.
Mina
obsesiva,
Paica envolvente,
Absorbente,
espesa
Como leche
con chuño.
Y entonces,
Si te
enredaste,
Si te enmarañaste,
Tendrás que
esperar una soga,
Un tractor,
un elefante,
Que te
saque a los tirones
Del pantano.
19 de marzo
del 14
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