lunes, 3 de noviembre de 2014

C785 1CxD02 158

C785 1CxD02 158 (3 de noviembre de 2014)

Chiachere

© Jorge Claudio Morhain

Tocó el timbre. La recibió Elena, la dueña de casa. Patricia venía a arreglar unas cuentas de Tupperware. Se sentaron a una mensa. Y hablaron.
Dijo Patricia:
Dijo Elena:
¡Hola, Patricia! ¡Qué gusto verte! ¡Pasá, pasá, tomemos unos mates…
Esperá que pongo el agua…

¿No? Bueno, sirvo una copita.
¿Viniste por el sol? ¿Está bravo, no?

Es por eso que dicen del Cambio Climático. ¿Sabés que se está derritiendo el hielo en Groenlandia?
Estoy agotada. Estas calores me tienen agotada. Las calores de tiempo, digo. No vayas a pensar…
¿Unos bollitos? Son frescos.

¿Seguís en la escuela?
Hablando de la escuela, el otro día vinieron a pedirme para una colecta de la escuela. ¿Cómo sabés que es de la escuela? No se puede confiar en nadie. El mes pasado a la almacenera de la esquina le pusieron un revolver arriba del mostrador y le pidieron toda la plata. La mujer dijo que tenía que ir adentro, y se fue y nunca volvió. Los tipos se fueron. ¿A vos te parece?
¡No se puede confiar ni en los ladrones, je, je!


Yo por eso cierro siempre con llave, y me hice poner esas rejas, ¿viste? Pobre el Rulo llegó la otra noche del baile sin llave, y yo me había ido a lo de mi tía, así que tuvo que saltar las rejas y entrar por la ventana de atrás, que tiene las rejas flojas, de presentación nomás, y la ventana sin falleba.
Eso me pasa por no dejar una copia debajo de la maceta del porche, como todo el mundo.
La inseguridad es una cosa seria. Mi marido, el panadero de la avenida, como sabés, tiene una pistola así de grande bajo el mostrador. La tiene sin balas, claro, si él tiene miedo hasta de las cañitas voladora, pobre. La verdad es que es un pobre infeliz. Hasta los amigos se dan cuenta.

El otro día se juntaron para ver el fútbol, y Manotti, que es de mala bebida, se mamó mal y me acorraló en el pasillo. Te juro, nadie me había acariciado como él. Terminé toda mojada.





Claro: piove, governo ladro…


La verdad es que nadie puede prever la cantidad de agua caída. La otra vez que había inundaciones en Iguazú escuché a una papanatas diciendo que se inundaba porque el Gobierno no hacía obras… ¡Pero dejemé…!
¿Cuánto le debo, Elenita?
Se les va un poco la mano a ustedes, ¿eh?




¿Decía? Acá traigo la plata. Y el librito. No, la verdad no voy a encargar nada…


¿Otro bizcochito? ¿Le gustaron? ¿Le pongo algunos en un Tupper. De los suyos…



Saludos a los suyos. Y a su marido. ¿Cómo es que se llamaba su marido?

¡Vuelva pronto!
Chau.




¿Qué vino a hacer, esta,  a esta hora? Me da mala espina. Es una víbora…

Hola. Vine por lo del Tupper. Bueno, paso. Qué lida tenés la casa.
Por mí no te molestes. Recién tomé en casa.

Lo que te debe costar mantener la casa. Con lo que cobran hoy las sirvientas. Ya no se puede ni ayudar a alguien.

El otro día, en la escuela, viene una madre a quejarse porque lo conminé, oíme, lo conminé a que venga a la escuela con pantalones largos, porque me viene en short y en cualquier momento se le va a salir por la pierna, semejante grandulón, ¿no te parece?

El tipo dice que hace calor. Sí, hace calor, pero que se la aguante, como nos aguatamos nosotras, que teníamos que ir de riguroso guardapolvo blanco, lloviera o tronara.
Mi mamá hablaba con la maestra y si había mucho barro iba sin guardapolvo. Si no la mujer se deslomaba lavando y planchando. Sobre todo planchando, qué crueldad.
Y entonces la mujer, la madre del tontito ese, viene y me dice que hace calor, que la escuela no tiene aire acondicionado y que ella no puede pasarse la vida lavando pantalones.
¡Aire acondicionado! ¿A vos te parece? ¡Estos negros, pronto van a pedir viaje de egresados a Miami!
¡Que lave la ropa, che, que para eso está!

Además, dicen que anda con varios tipos del barrio, incluso con el panadero de la avenida. La verdad que el panadero está bueno, yo misma le he hecho un dentre, bueno, dentre… Le llaman pete ahora, estos degeneraditos.







A mí no me gusta el fútbol.


Sí, yo me mojé hasta los calzones con la lluvia del otro día, qué tiempo podrido. Yo, qué quiere que le diga, Patricia, para mí la culpa la tiene el gobierno, pero en serio.
No, no es que lo culpe de la lluvia, pero así como nosotras sabemos que hay un cambio climático, ¿el gobierno no lo sabe, eh?
Hay mucha gente que se rasca para afuera, qué quiere que le diga. Y eso que a mí la política…

Doscientos cincuenta, Patricia.
Bueno, la inflación, el dólar. Estamos aislados del mundo, usted sabe. Y estos son productos importados, muy finos.
Yo la verdad que gano muy poco, pero lo hago por vocación, qué quiere que le diga…


Hay que rebuscarse, un pesito acá, otro más allá..

No, faltaba más. Muchas gracias.- Usted siempre tan amable. Ah, y le dejo la factura, no vaya a pensar que le esquivo a la AFIP, faltaba más.


Julián… Julián Manotti. Saludos a los chicos.
¡Chau!





Tacaña de mierda. Con la guita que tiene. Seguro que es tacaña en todo, por eso…


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