1CxD02-016 4 de abril de 2014
POSIBILIDADES
(c) Jorge Claudio Morhain
Los disparos venían ahora desde el frente. Es decir, se habían movido durante la noche. No era alentador: todo lo contrario. Significaba que el terreno del lado trasero ya no era seguro. Ni para nuestros atacantes ni para nosotros. En caso de que intentásemos la huida.
Rost encendió un nuevo cigarrillo, lo que me puso aún más nervioso. Odio el olor a cigarrillo. No a tabaco, sino ese olor químico del cigarrillo.
Elya se removió, gimiendo. Debía estar empeorando. Habría que salir de algún modo, o se nos iría.
- Saldremos por detrás -dije.
- Estás loco -contestó Rost.
- Cargarás a Elya.
- Estás loco -repitió.
Abrimos la puerta trasera, acribillada a balazos.
El bosque estaba cercano. Tranquilo. Los disparos seguían sonando, adelante. Pero aquí no parecía haber pasado nunca nada.
- Es una trampa -dijo Rost.
- De acuerdo. Yo me adelantaré, y te llamo.
No le dí tiempo a contestar, Me lancé colina abajo, hacia el bosque.
Y, sí. Yo lo sabía demasiado bien. Era una trampa. Habían colocado minas, en el camino donde debía pasar.
Sólo pedía que hubiesen colocado sólo una. Esa era mi duda.
Una duda que me llevaría a la tumba, cuando la mina estallase y me hiciese pedazos.
Ahora, quizás, Enya y Rost estuviesen a salvo.
Una posibilidad es mejor que ninguna.
Curioso. Oí el estallido.
Y nada más.
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