1cXD02-018 (6 DE MAYO DE 2014)
NIEBLA EN LA CARRETERA
© Jorge Claudio Morhain
Hoy hay niebla. Pero no demasiada. No es uno de esos días en que nos envuelve una masa compacta y mantecosa, que hay que ir abriendo como a machetazos. Está un poco más alta, más dispersa. Y es un lujo. Convierte a la carretera en un lugar misterioso, hondo, un Li Jiang de entrecasa. Cada árbol, cada poste, cada montecito se vuelve poético, profundo.
La niebla, en realidad, hace visible el aire, habitualmente inasible. Y nos permite comprender que no somos entes separados, que no vivimos solos, que formamos parte de una red sutil, una trama espesa, un océano en el que navegamos como peces ciegos a la unicidad del todo. Nos hace entender que no hay dentro ni fuera, que todo está sutilmente unido: las cosas, los vegetales, los animales, los seres humanos, los pensamientos, las aspiraciones, los deseos, los que están y los que se fueron y los que vendrán. La niebla pone en evidencia el continuum Tierra, que es este, en este momento del tiempo (tan inasible como la niebla, tan variable como esa telaraña sin cuerdas) Unifica el entrañable pasado, el sutil presente y el improbable futuro. Un hiato del espaciotiempo.
(Además, la ruta que recorro es muy particular. Fue convertida de una supertransitada mísera cinta de asfalto angosto, sin siquiera marcas de dónde terminaba o dónde estaba su centro, en una vía moderna, amplia, de banquinas asfaltadas y marcas perfectas. Era tan transitada que para cruzarla solía esperarse hasta diez minutos, y se hacían puentes sobre ella. Apenas se terminó, se construyó una autopista paralela. Consecuencia: este tramo es solitario, amplio, seguro, relajado. La niebla lo goza, lo acaricia, lo ama.)
Es, por cierto, nuestro pequeño río Li. El Li Jiang es ese famoso curso que discurre entre infinitas montañas de formas caprichosas, siempre envuelto en neblinas, en la provincia de Guangxi. El nido de todas las nostalgias.
Pero no hace falta ir a la China para gozar de la poesía del Li. Basta ver a nuestro alrededor, un día de niebla como hoy.
VER. Fácil de decir, pero difícil de ejecutar. Ver, dejarse invadir por la niebla. Sentirla dentro nuestro, hermana, amiga. Es bueno intentarlo, cuando ella está allí.
La niebla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario