1CxD02-092 22 de julio de 2014
Una brazada más.
© Jorge Claudio Morhain
Una brazada más. Una brazada tan solo.
Las olas parecen burlarse, quitándole el magro avance
realizado.
Vamos. Otra brazada.
Alguien va a prestarle el dinero. Para eso están los amigos.
Otra brazada, vamos.
El amigo Nº 1 lo atiende. Espera. Espera.
Hacer la plancha. Relajarse. Relajarse.
No, sí, claro. Te comprendo. Ah, mi posición económica no es
tan floreciente como te parece. Yo daría todo por vos. Pero no puedo, no en
este momento. Volvé la semana que viene. Mejor en quince días. Si me sale un
negocio…
No puede dormirse, o tragará agua. Vamos. Otra brazada. La costa
está ahí nomás.
Pero usted está sobregirado. Bueno, pero esto no es una casa
de beneficencia. Es un banco.
Otra brazada. Otra brazada. Nadie lo ve desde la costa.
Risas, juegos, nadie lo ve.
Sí, hemos ganado mucho con esa hipoteca. Sí, comprendemos su
situación, pero esto es un banco.
Vamos, vamos. Ahora todo está un poquito más cerca. Bracear,
bracear.
Bueno, yo lo puedo refinanciar, pero tendrá que firmarme
unos cuantos papeles. Para cubrirme, comprende. Sí, claro que va a pagar mucho más.
Tómelo o déjelo.
¿No son los guardavidas? ¿No lo están mirando?
¿Qué pasa? ¿Se ríen? ¿No lo ven?
Una brazada más, vamos. Vamos.
Vamos.
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