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© .Jorge Claudio Morhain
Todos amamos a Luz. Lucinda Boedo era como la luz del CBC,
valga la redundancia, si lo fuese. Ella tenía siempre la repuesta justa, la mirada amable, el dato seguro. Hay personas que, sin
proponérselo, son líderes, jefes,consejeros. Cuando hubo que tramitar mejoras
en el tiempo de exámenes, Luz. Cuando hubo que organizar la fotocopiadora, Luz.
Cuando hubo que resistir a los censores de Ottalagano: Luz. Por eso, cuando
aparecieron los primeros panfletos, todo el CBC
se levantó para apoyarla.
No faltó el gracioso que la
felicitara por haber sido elegida por "tan importante organización
artística". Pero a luz no le causó gracia.
Cuando apareció el segundo
panfleto, había una lista. Y caí todos los que figuraban en ella abandonaron,
se fueron, no los vimos más.
Pero Luz se quedó. Se quedó.
Incluso cuando la encontramos en
la plazoleta, acribillada a balazos. Con una firma: AAA.
No. No era la Asociación Argentina
de Actores..
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