1CxD02-110 15 de agosto de 2014
Las ciencias avanzan que es una barbaridad
© Jorge Claudio Morhain
Al abrir el libro, salió volando una mariposa.
Ada pensó, en primer término, que se trataba de una polilla,
algún parásito devorador de libros.
Pero la mariposa sobrevoló sus ojos, y era azul, enorme,
brillante como una bandera.
Anotó la pregunta para cuando encontrase un profesor o
alguien, y se dedicó a leer sobre los animales, para la clase de Biología.
Tito necesitaba estudiar el reglamento de vóley, pero de
entre las hojas cayó una pelota y la estuvo corriendo toda la mañana, tanto que
se cansó y se olvidó del libro.
A Teresita, claro, le brotaron flores a su preferido de
haikus, de su amado profesor. Y su aroma llenó su paisaje de trigos y lagos
mínimos.
El problema fue que cuando Federico necesitó estudiar el
curso del Alto Nilo, de su libro salió un cocodrilo y se lo tragó.
– Creo que estamos exagerando los experimentos de realidad
aumentada – Dijo el técnico de la Multiempresa, mientras revisaba los registros
de prueba alrededor del mundo. Muchos efectos colaterales.
– Filtremos las bases del sistema, para que la competencia
lo desarrolle y pague las consecuencias – contestó el CEO de la Multiempresa.
No quieran saber qué le pasó a Robin, que quiso leer “La
guerra de los Mundos”, de Wells.
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