viernes, 29 de agosto de 2014

1CxD02-122



1CxD02-122   (29 de agosto de 2014)

AWOL

© Jorge Claudio Morhain

Tengo diez años, y maté al instructor de tiro de mi vieja con una ráfaga de Uzi. Ja, ja, ¡Con qué gusto hubiera escrito eso, si fuera cierto! No es que no lo escriba con gusto, porque me recopa que la minita manejara una Uzi. Me calienta, les digo. Me calienta casi tanto como la Mujer Maravilla, o la Chica Arañita de Milo Manara. ¡Cómo quisiera reventarles la cabeza! Primero cogerlas bien, claro, pegándoles en el culo, y en la cara, y apretando sus tetas hasta hacerlas gritar de dolor y de gusto. Y luego de acabar, agarrar la Uzi y prraaaparap, volarles la cabeza. Total, las minitas volverán, hechas zombies, tambaleantes, chorreando sesos y sangre acuosa y jugos gástricos en descomposición, a desvelarme por las noches. O se convertirán en Super-Algo, con alas de paloma o de vampiro, mejor de vampiro, porque también podrían ya haber sido mordidas por algún alien en un estacionamiento y no morirse, sino seguir viviendo y chupando sangre. La vedad es que la sangre es bastante asquerosa, la probé un día que maté una paloma con el rifle. Quería sentirle el gusto, a ver si me convertía en vampiro. Pero lo único que conseguí  fue vomitar hasta el fondo del maldito estómago. Yo no sé cómo hacen en los comics y en la tele para chupar sangre con tanto gusto. O semen, otra cosa que probé y me hizo el mismo efecto. Puede ser porque no soy mujer, sería como si siendo mujer me comiese mi propio período, ¿no? Voy a tener que armarme otra seca, porque me estoy excitando demasiado. Y tengo que estar alerta, porque los alien nos van cercando. Uno no sabe ya quién realmente vino de un cogido país del sur como Puerto Rico o México, y quién vino de ese oscuro país al que siempre invadimos, Musulmania o como se llame  y todas sus variantes, y quién vino del Inframundo o de alguno de los planetas que descubren todos los días y que vienen por nuestra agua. Por eso trato de mezclar el agua con algún trago fuerte, porque sé que esos alien  odian el alcohol, tanto como los habitantes de Musulmania. Y además tengo que prepararme, volearme todas las chicas que pueda, antes de ir al ejército a gozarla realmente en grande, con Uzis y Kalasnikovs  y toda esa tecnología de punta para reventar las cabezas de los aliens antes de que ellos nos la revienten a nosotros. Mi viejo choto dice que para cuando me vaya al ejército ya no estaremos en guerra con Musulmania sino con los del sur, y que me conviene aprender a bailar joropo y tomar tequila... Ah, cómo quisiera ser la piba de la escuela de tiro con Uzi…

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